06 julio, 2015

Con abstinencia

Proclamé vencedor al olvido
después
de un largo tiempo a la deriva.
Al igual que yo,
escondido.
Ya no me acordaba que
con un puñado de esquirlas
se podía forjar un amor,
y las chispas del soldador los motivos,
los de "y por qué tú".
Creo que esto me pesa, me va cuesta arriba.
Me rindo, pero no pienso alzar las manos,
que sigues siendo la hebilla de mi cinturón.
Como me faltes la cagamos, y ahora que no estás
lo llevo jodido.
No quisiera contar esto ni borracho, 
así que dame más priva.
Con un poco de suerte 
no me acordaré en mitad de la resaca.
Hasta suena bien.
Y más tarde,
cuando la fiesta se acabe,
cada zorra a su nido, cada pájara
a su madriguera.
Cada cual, puta a su manera.
Y por individual
todas con iniciativa.
Una suave caricia,
certera,
entre ceja y ceja.
Mmm...
En fin, pásame la bebida,
por lo menos no me mata por fuera.
Dichas ganas
(que son pocas)
apenas llegan a un polvo de una hora. 
Ni yo mismo quedo satisfecho
si no eres tú la que alienta mi boca.
La que postra el universo a mis pies...
Y luego me lo quita.
Sirveme otra que aún me acuerdo de estos dias.
De qué me sirve la violencia
si no me la das tú, de qué me sirve la paciencia
si no me la quitas, de qué la luz
si no te ilumina, de qué la vida
si ya no es mía, de qué el destino
si nos aleja, de qué la muerte
si no la tengo a tu vera.
Joder,
a base de beber y escribir 
me he quitado un peso de encima. 
Solo falta olvidar
con abstinencia
lo mucho que te quería.
Tranquila,
esto último
corre a mi cuenta.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario