08 septiembre, 2017

quizás de los quizases


Quizás las casualidades
son algo más que suerte
o astros alineados.


Quizás avanzar a palos de ciego nunca fue tan esclarecedor
para todos aquellos tontos
que nos fiamos de los sentidos
y no del tic-tac del corazón.


O quizás un solo quizás
haga falta para salir de dudas
y juro, no miento,
cuando digo, cuando afirmo
que estos versos por quien los escribo
llevan escondidos 51.840 besos
aguardando uno por cada momento
en que bajo mi pecho la siento
y en mi mente la dibujo
semidesnuda.


Yo que siempre escribo llantos
y ella que me enseña a convertir
todos esos quebrantos en sonrisas;
he aprendido a manejar los hilos de la Luna
para provocarle olas en sus rizos
que ahogan mis dedos desde el flequillo hasta su cuello
cuando surcan su cabello
y no sé
si rezar a un dios pagano como Neptuno
por un suspiro
o a Cronos por un poquito más de tiempo
muriendo de amor con tanto maremoto…


Pero quizás, sólo quizás,
me acerque un poco más y se dé cuenta
de que no vengo con cuentos
simplemente quiero hacer leyenda
entre los páramos de su mío-cardio
y el telar que tejen todos sus misterios.


Ser el costurero de silencios
el sastre de sonrisas
como dijo ya otro artista
ser su polo opuesto
al mismo tiempo su alma gemela,
ser o no ser
cuestión de casualidades
casuales vanidades sin censura
con la única mesura de su piel en mi escritura
tan certera
tan cobarde
tan sucia
tan suave como el aire
tan dulce como la miel
tan amarga cuando llega tarde
tan perdida que precisa de sus manos
apretar los rincones de mi hiel.


Me siento vagabundo en tus hogares, mi dama
y tendrás que perdonarme haberte ocultado
que soy aquel bandido que te ha robado
algo más de tus delirios, caprichos y tus labios.


Perdóname princesa por secuestrarte de palacio
y no me saques tampoco este genio que llevo dentro
porque por ti mato y ni siquiera te conozco apenas
porque por ti muero, a duras penas
porque contigo vivo cuando me desesperas.


Quizás valen más ciento y un caminos
por los que llegar a Roma
siempre y cuando todos partan
de tu ombligo
que ver al olvido besar la lona
con deseos carnales que envenenan
y se levante en cualquier momento resurgido
para convertir a estos dos púgiles
en cualquier otra derrota,
pretensión de una banalidad tan recientemente vivido.


Quizás, también, tenga que reconocer
que todavía existen muchos finales
que probablemente no haya aún conocido,
aunque me encante que todo empezase

      contigo
          con quizás de los quizases.

No hay comentarios:

Publicar un comentario