que guardo tras mis ojos reflejando tu silueta
jamás volverías a mirar al cielo
para ver estrellas.
Y mil y un besos encendidos en mis labios,
a punto de querer morderte.
O algo así;
nunca llego a dártelos.
Con el juicio perdido
y tu sonrisa victoriosa,
regocijándose de los imperfectos,
de mis derrotas.
De tu cepillo de dientes por mi nicotina;
sobre ésta mis ganas de fumarme el mundo contigo,
y tú
de hacer un alto en el camino.
Y decir amén.
"Naranjos, en lugar de olvidos" |
No hay comentarios:
Publicar un comentario