por toda esa nostalgia, por amor, por tristeza, por tu sonrisa, por escribir lo que nos pasa
24 febrero, 2017
es sólo sueño, ¿verdad?
La ciudad acalla
los murmullos de los caídos.
Se pierden en la noche unos caminos,
se diluye la voluntad entre caladas, mamadas, cerveza o vino. A gusto del con-sumidero.
Balbucea palabras esta madrugada tan consciente de los gritos y las arcadas a gatas tras jarras amargas de destino que dejan un sabor de noche a amalgama quemada entre los dedos
y se observa azufre hirviendo en el colirio
y el café frío en el mismo sitio de esa misma mañana
confeti entre las fotos, que probablemente nadie tiró a la basura
ya que era un atrezo más que colgar en la mirada
aunque nadie se percatase de aquello.
O que cada adorno se colocó con el empeño del que ama.
Sumergirse en el silencio nunca hizo tanto ruido
ahora que los besos se sienten como latidos
y los cuerpos se liberan de sus simples crisálidas
metiendose en el pecho sus propias manos
hasta embadurnarse de polvos de hadas,
como si volar por un momento fuera su única salvación
para librarse del cataclismo.
Otros esperan herrando sus huellas y queriendo echar alas.
Pero nunca tengáis al sueño de enemigo.
Dejadle correr delante más de lo permitido,
abridle la puerta por cortesía aunque eso de caballero
ya ni siquiera esté bien visto.
A pesar que pase delante
ni un guiño ni una sonrisa deberían amedrentar ningún alma en vigilia.
Es sólo sueño, ¿verdad?
Pues apagar las luces y dejar
que la oscuridad engulla ese rostro en el recuerdo
de lo bonito es un terror tan nocivo
como remedio de depresiones encerrado en botes de pastillas.
Y así seguimos
en esta mierda de noche sin tener
ni putas ganas de escribir,
y ni mucho menos de llamarme escritor,
y peor aún sabiendo lo que me escribo.
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