27 marzo, 2018

triste calada de trompeta

Que vivir sin prisas es morir con calma, 
que aquellas nalgas 
un día dejaron huellas de mordiscos
clavadas en mi alma, 
y mis labios manchados de saliva 
implican a mis manos 
buscar otra salida que no encuentran.

A cambio, agonizan y exhasperan 
por temores tan remotos como historias de carretera.

Aun teniendo tinieblas escondidas, 
aun temiendo un mismo camino forjado de recuerdos. 
Forzado por batallas perdidas y lágrimas vencidas.
Hasta este puto circo de payasos 
sin gracia ni mucho menos gloria 
nos servía de cobijo cuando todo era perdido, 
cuando las palabras arremetían a nuestro orgullo con despecho, 
vendetta, 
venganza.

Nosotros éramos capaces de levantar una sonrisa,
de bajar con un lazo cada uno de los astros escondidos tras el humo de nuestras caladas tristes de trompeta.
Trajiste a mi sepultura el regalo de una vida entera, felina, a mi lado.

Fuimos lo más parecido a un derroche de tiempo personificado, una carambola repleta de casualidades. 
Teníamos en las yemas de los dedos una serendipia capaz de mover un planeta para su accidente, aunque nos dedicásemos a hacernos los ciegos para no mirar al cielo e implorar otras voluntades.

Como la hecatombe de no verte.

Te juro que tengo un polo opuesto al tuyo aquí dentro del pecho desde que te conocí, 
y sea de la manera que fuese me encantaba romper un espacio tiempo comprendido entre tu forma de decirme que me quieres y mis formas de cagarla de nuevo.

Tú... que me arropaste más que Dios en tu regazo,
contigo no he conocido mejor abrazo que el del amor escondido, el amor descontrolado, el amor descubierto.

Líricas, crónicas, sádicas las madrugadas 
en tu cuerpo. 

Y cada loco con su tema. 
Porque somos los únicos que pudimos comprenderlo.

08 septiembre, 2017

quizás de los quizases


Quizás las casualidades
son algo más que suerte
o astros alineados.


Quizás avanzar a palos de ciego nunca fue tan esclarecedor
para todos aquellos tontos
que nos fiamos de los sentidos
y no del tic-tac del corazón.


O quizás un solo quizás
haga falta para salir de dudas
y juro, no miento,
cuando digo, cuando afirmo
que estos versos por quien los escribo
llevan escondidos 51.840 besos
aguardando uno por cada momento
en que bajo mi pecho la siento
y en mi mente la dibujo
semidesnuda.


Yo que siempre escribo llantos
y ella que me enseña a convertir
todos esos quebrantos en sonrisas;
he aprendido a manejar los hilos de la Luna
para provocarle olas en sus rizos
que ahogan mis dedos desde el flequillo hasta su cuello
cuando surcan su cabello
y no sé
si rezar a un dios pagano como Neptuno
por un suspiro
o a Cronos por un poquito más de tiempo
muriendo de amor con tanto maremoto…


Pero quizás, sólo quizás,
me acerque un poco más y se dé cuenta
de que no vengo con cuentos
simplemente quiero hacer leyenda
entre los páramos de su mío-cardio
y el telar que tejen todos sus misterios.


Ser el costurero de silencios
el sastre de sonrisas
como dijo ya otro artista
ser su polo opuesto
al mismo tiempo su alma gemela,
ser o no ser
cuestión de casualidades
casuales vanidades sin censura
con la única mesura de su piel en mi escritura
tan certera
tan cobarde
tan sucia
tan suave como el aire
tan dulce como la miel
tan amarga cuando llega tarde
tan perdida que precisa de sus manos
apretar los rincones de mi hiel.


Me siento vagabundo en tus hogares, mi dama
y tendrás que perdonarme haberte ocultado
que soy aquel bandido que te ha robado
algo más de tus delirios, caprichos y tus labios.


Perdóname princesa por secuestrarte de palacio
y no me saques tampoco este genio que llevo dentro
porque por ti mato y ni siquiera te conozco apenas
porque por ti muero, a duras penas
porque contigo vivo cuando me desesperas.


Quizás valen más ciento y un caminos
por los que llegar a Roma
siempre y cuando todos partan
de tu ombligo
que ver al olvido besar la lona
con deseos carnales que envenenan
y se levante en cualquier momento resurgido
para convertir a estos dos púgiles
en cualquier otra derrota,
pretensión de una banalidad tan recientemente vivido.


Quizás, también, tenga que reconocer
que todavía existen muchos finales
que probablemente no haya aún conocido,
aunque me encante que todo empezase

      contigo
          con quizás de los quizases.

12 agosto, 2017

cartas quebradas



Donde muere aquí un comienzo,

nacen epístolas de desolación.

He aquí reflexión atenuada,

calma furibunda con ascuas

del ronco existir entre humo y cruz.

En primera persona del plural

es como quería nuestro poema,

nunca un "yo, yo, yo y luego tú"

Un epílogo de muerte anunciada,

índices que señalan, que se callan,

y las páginas narrando tan sólo el final de esta telenovela.

Una hipocresía más allá del vago remordimiento.

La cadena de tus manos,

el bozal de mis miserias.

Las botas del verdugo encharcadas en conciencia.

Porque me cagué en la rutina,

en los tugurios,

las horas,

las modas,

los latifundios

y la ironía.

Sin conseguir nada... a cambio,

la huida agarra del escroto

y agranda los huecos de este pobre alma

que se bebe a garrafón los vientos

cuando el corazón hace de vientre por su culpa.

Creí en la esperanza y me perdió de vista,

adoptando imprevistos deshaucié una fuga

en cuanto al hatajo de los que esperan

que llegue a tiempo, atentos:

no esperéis que cese esta rutina

pues no conozco alguna otra vida

que no sea la de las melodías de melancolía

acompasadas con una continua huida.

Los huesos roídos bajo el cuero

astillan las colillas por la libertad

de invitarte a un respiro.

Nubes de cianuro,

colchones con páginas de mi diario,

los oasis en sus muelles presentes

en cada camino a su ombligo.

Repican las muelas como pidiendo guerra

y no siempre anida en lo alto de la tregua tu vestido,

sólo cuando yo quiera, cariño...

ya te he explicado que despego

como la cigueña que emigra cada año a otro nido.

03 agosto, 2017

Sentimentario I



No tengo ni la más mínima idea de componer versos

pero aquí me hallo escribiendo en la terraza de una iglesia

y hecho un calendario por dentro.




Tachados más de doscientas hojas

y perdiendo a día de hoy algo más que la familia,

el tiempo, la compañía, la novia.

Sobre todos deslizando versos

por la tinta de este diario de poeta enfermo

que tiene como complejo la soledad de una luna muda

y la tristeza que acarrea el silencio.




Muerdo el anzuelo del bolígrafo interesado,

interesantemente interconectado

al complejo dilema que han otorgado estos textos

ya que pocos serían capaces de descifrar

el motivo de este naufragado intento,

la caída en picado de este ángel desalado

que ha inhalado humos de sentimientos.




Todos negros como el miedo

como el alter ego en manifiesto,

confidencial arrepentimiento entre bastidores,

impulsa pausado el lapicero como teclas de piano

para recoger todos tus pedazos y plasmarlos

en los márgenes del cuaderno en blanco.




Y así es como se olvida,

o mejor dicho se acepta la agonía,

qué ironía... Si uno recoge tempestades

de su jardín de la alegría,

pensando en la tierra prometida fui sembrando

y en este presente el cual me callo

la llama del alma, fuego fatuo,

prende en segundos lo que tardé en aflorar

un par de años.




Las hojas de aquel bosque encantado me sirvieron de refugio,

acostumbrado a la melancolía yo escribía

en cada hoja ojos enjaulados en poesía

posesiones de palabras prometidas

con sus ramas yo anidaría en todas mis vidas

reencarnación like Platón by su sonrisa.




Paseé mis yemas por sus prados

como el percepto cuerpo de mujer perfeccionado.

Sin embargo,

ahora zozobro por la estepa que dejaron sus labios

evitando marchitar los pocos pétalos que le quedaron...




Pero me encuentro perdido entre tanta tonta nada

que no me hallo;

me siento como Dédalo atrapado en su propia trampa,

mirando a la cara al Minotauro.

24 febrero, 2017

es sólo sueño, ¿verdad?



La ciudad acalla

los murmullos de los caídos.

Se pierden en la noche unos caminos,

se diluye la voluntad entre caladas, mamadas, cerveza o vino. A gusto del con-sumidero.

Balbucea palabras esta madrugada tan consciente de los gritos y las arcadas a gatas tras jarras amargas de destino que dejan un sabor de noche a amalgama quemada entre los dedos

y se observa azufre hirviendo en el colirio

y el café frío en el mismo sitio de esa misma mañana

confeti entre las fotos, que probablemente nadie tiró a la basura

ya que era un atrezo más que colgar en la mirada

aunque nadie se percatase de aquello.

O que cada adorno se colocó con el empeño del que ama.

Sumergirse en el silencio nunca hizo tanto ruido

ahora que los besos se sienten como latidos

y los cuerpos se liberan de sus simples crisálidas

metiendose en el pecho sus propias manos

hasta embadurnarse de polvos de hadas,

como si volar por un momento fuera su única salvación

para librarse del cataclismo.

Otros esperan herrando sus huellas y queriendo echar alas.

Pero nunca tengáis al sueño de enemigo.

Dejadle correr delante más de lo permitido,

abridle la puerta por cortesía aunque eso de caballero

ya ni siquiera esté bien visto.

A pesar que pase delante

ni un guiño ni una sonrisa deberían amedrentar ningún alma en vigilia.




Es sólo sueño, ¿verdad?




Pues apagar las luces y dejar

que la oscuridad engulla ese rostro en el recuerdo

de lo bonito es un terror tan nocivo

como remedio de depresiones encerrado en botes de pastillas.

Y así seguimos

en esta mierda de noche sin tener

ni putas ganas de escribir,

y ni mucho menos de llamarme escritor,

y peor aún sabiendo lo que me escribo.

20 febrero, 2017

un nuevo desiento



El camino está angosto de recuerdo

la angustia recorre mi corazón roto

y de momento

no encuentro sus pedazos para seguir andando tan firme como hace tiempo

un mal sabor de boca sin probar bocado y en el estómago capullos de amapolas, y en los ojos ajenos la paja de los míos

como un crío que rompe los apuntes de un año

como un vicio esperando a ser tentado

ha atentado mi delirio por sus huesos

y soy león viendo cómo hienas reclaman los restos.

Presto, fugaz efímero, incierto, momento, duda, atisbo, te quiero. Pero no con la misma piel dura como el cemento

es que he prendido y aprendido en la cabeza que he perdido

si un segundo he descuidado mi atención del lunar de tus senos

pues si late ronco tu pecho

saca el motor de la caja de costillas

para así tejer la herida de mis pensamientos afilados

porque promiento estar ahí si desfallece,

y salir cosiendo de la escena del rimel cuando despierte

porque eres la única persona que me reconoce

con el disfraz de héroe muerto y las lentes quebradas

que derraman cera por tu cara

y eso no puedo verlo.

Y si lo veo sabrás que estamos hechos del mismo candil de los sueños rotos

y verter fisuras es lo que no quiero.

Yo lo que quiero

no se rompe ni se esfuma

es el sentimiento imperecedero

esa constelación de pecas disimuladas

no tener jamás miedo de perderte para así tenerte siempre aquí conmigo latiéndote en mi abrigo

aunque me abruma la duda de deseo lascivo

te digo

que abundan asiduas las dunas

del querer querernos y crear

un nuevo desiento para construir motivos

en el que no quepa nada más que el "juntos"

aunque solo sea como amigos.

11 enero, 2017

hasta tal punto


me encuentro en una convergencia de polos opuestos

separados por esquirlas de decepciones.

siento que cada día barro hacia las esquinas todas las miserias que desecha mi alma

como si no quisiese rendir cuentas con la muerte hasta que se muestre amable

o le eche cojones.

mientras que la fé ciega puede alentarme la certeza absoluta puede atentarme.

y no sé qué mundo elegir

porque el saber es ser enólogo de ácidos

y el creer, un pasillo sin fondo con carteles de Salida por todos lados.

aunque, pese a los intentos, ni los ojos ni los tientos son más que trucos baratos con saliva en los dedos

09 enero, 2017

en el fondo no eres mala



Me importa una mierda tus tierras baldías recorridas, que aguanto los humos de rabia y nicotina en el sofá desde que te han censurado del trabajo.

No tienes ni idea y aun así repicas, y respiras y replicas el ejemplo de tus desatinos, por ciertos que parezcan los besos caen de tus labios como aguaceros, que calan por debajo del abrigo de costillas.

Y chorrean los huesos que muelo por ti, que tiro mi taba al tablero para hacer añicos los suplicios que dan que pensar, los suspiros que encienden la calma, el arlequín que cascabelea los dientes en nuestro pesar.

Que crecen mis sospechas que eres la madre Teresa, y la hermana del pecado por embargo del Edén.

Sé con certeza que en el fondo no eres mala, pero es que te salen cuernos y rabo por doquier, y tengo la lima desgastada de tantas astadas, hastiada de embolar las embestidas descorchando cataclismos.

Ojalá tuviese un puto espejo ya que me sobran gestos para decirte que te quiero cuando te encuentro así, iracunda, con los nervios cosidos y tensados, chisporroteando ladridos.

Lo que me pesa es no decirte esto con tus fauces delante, pero la cuestión es que vuelo siempre a tu nido cada vez que puedo, bajo tu plumaje tullido, el único nicho que inspira confianza en este cielo de buitres carroñeros.

Bajo esta fachada, solamente hay detrito. Es lo que deja una vida a tu servidumbre, como un grito en boca del silencio.

24 diciembre, 2016

stand by me

Around to Ass, darling.
Vieja canción con el jazz superfluo.
Y la escucho en las líneas que parten la carretera de una en una,
en los audífonos por encima de la barandilla del Metro,
en calles indiferentes por diferentes ventanas,
en el sonido de los charcos del recreo de niños,
en el típico tema que sacan tus colegas
y no te importa una mierda.
Me la puedo encontrar en los teclazos de piano de los tacones de la vecina, escalón por escalón,
en el microondas, los anuncios, la lavadora y los
champiñones del supermercado.
Será que está de moda esta canción,
y hay radios por todos lados.
Quién quisiera otra generación,
¿verdad?
Sigo caminando, ando con los párpados
literalmente
porque se van apoyando en cada bache de lo que enfocan mis ojos
si es que en realidad enfocan,
quizás los sollozos sean de otros
o la bachata ésta me esté conmoviendo.
De momento la Navidad se deja robar
un poco de civismo e infancia,
ya que todas las lucecitas parecen teselas del camino,
colocadas con unas manos sinuosas y delicadas,
con color a encanto, a magia.
Para hacerse la idea,
el riguroso tacto de un osezno por las zarpas
de su madre.
Después diré que la música es
como pensamiento para el alma,
pero oh please stand by me. Que la música sigue sonando
así que sigamos bailando pegados
tan pegados
que falte aliento entre cada nota;
las sinfonías gemideñas no son ni un estornudo de biblioteca
y las migas de pan de los abuelos no alimentan
y el tren no llega nunca a pesar de los atascos
y los vasos estarán marcados con un sólo par de labios
sin esta puta canción.
Ya no sé qué pensar. Maldita banda sonora de la vida.
El problema podría ser que aquella música
no tenga nada que ver con mi problema,
y nada más que sea una ilusión a lo largo de
generaciones en tiempos de cólera.
Simple serendipia por Spotify.
Coincidimos en los gustos musicales,
pero no en las mismas épocas.

02 septiembre, 2016

los versos más tristes esta noche



Yo no puedo ser lo que quieras tú.

Me reconozco en los horóscopos y me acojona el mismísimo miedo si tú no me rascas la espalda. Cuelgo de un par de hilos y lo gracioso es que me tienes de tus manos como un títere, latiendo a tu antojo. Y soy capaz de arrodillar mi cordura sólo por darte la razón, y darte un beso. Aunque tengamos distintos puntos para verlo. Que te diría mierdas y mierdas de mi vida, y haría de tu hombro y mis lágrimas un agujero donde meterla. El problema está cuando se coagula la tristeza, y la esperanza sea lo único que brote. De la herida.

Quizás debería confesarte que cada uno de mis sentimientos tiene nombre,

pero se me adelantaron para escribir los versos más tristes esta noche.

11 agosto, 2016

y tiemblas

Quizás no me dieron un manual de instrucciones.
O puede que sólo sea un mal trago, como cada noche. Ya sabéis.
Puede incluso que te frene,
te eche atrás, te enseñe los dientes
y lo único que pase por tu cabeza es no tenerla entre sus fauces.
Que no te atrape.
Y es así, aquí ninguno se atreve con los sueños, no vaya a ser que pese más el no cumplirlos.
Aunque haya barrotes que empujen hacia afuera la luz, siempre acabamos.
Abriendo los ojos.
En el momento que poner un pie en la realidad le haga dar gritos a tu corazón sabrás que estas jodido,
que estás lo más lejos posible a conocer
el significado de felicidad.
Atorméntate de tus huellas, porque te seguirán hasta el infierno.
Porque hay días en que los lotos visten oscuros,
y días que el luto te arrastra al agujero.
Y tiemblas, y lo haces en silencio. Tiemblas,
y todo a tu alrededor te contempla con la misma solemnidad
que la de la trescientos catorce, décima planta, entre rayos y quirófano.
Y tú sigues temblando,
pero el fondo carámbano no hace charco,
sigue haciendo frío a pesar de tantos latidos.
Claro, los susurros se convierten en plegarias, por si acaso.
Pero no se vayan a creer que creemos. En algo. Porque nosotros lo matamos.
Y no contentos con eso, empezamos a acabar con más cosas:
matamos el tiempo y le convertimos en arena;
matamos a los buenos y nos convertimos en los malos;
matamos y nos quedamos solos, solos con nosotros mismos.
Como preguntarse al espejo, alguacil.
Y el vacío hace de verdugo.
Y nos matamos a nosotros mismos, tal sentencia.
Haber sido infiel, siendo el novio de la muerte.
En cualquier momento se cobrará el precio.
Y lo llamaremos mala suerte.

04 agosto, 2016

mientras dormías


Y estaba dormida, a mi lado.

Y me salió esa sonrisa,

la de un cinco de Enero.

La del beso de buenas noches

en boca de una madre.

La de "hoy no salgo de la cama"

en Invierno.

Y sus brazos tenían ese tacto a

"no te voy a dejar ir",

y mis ganas concertadas en las yemas

de mis dedos con cariño,

como las zapatillas nuevas pidiendo ser pisadas.

Y era todo tan perfecto que podría explotar la Luna,

que yo... Que yo sólo escucharía sus latidos.

Y todo un harén de gemidos precedió aquello.

O fumo porros,

o me embriaga su aroma cada vez que esas curvas negras mecen su cara.

Pero es que os lo juro, es fantástica.

Sólo a ella misma la he visto vestirse desnuda,

y desnudar el alma en los abrazos,

y abrazar a oscuras mis desnudos,

y hacer que toda esa confianza pareciese bonita.

Como quien corta flores para arrojar a la tumba.

Y ahora vienes, a decirme que vuelva,

que lo aparque,

que lo apague de una vez

porque todo eso de ayer me echa de menos.




Y vuelta a empezar el baile.

09 julio, 2016

un quiosco



Se me hace larga la espera cuando te echo de menos en tan poco tiempo. Las hebillas sin cuerda y mi bragueta pidiendo el consuelo entre baladas, baile a baile porque pasear quiere por tu cuerpo y no puede. 

Y un sorbo de tormentas despedidas para vomitar te quieros con todos esos rollos con los que sonreías, como la trola de irme a la cama para despojar a Cupido de indirectas. O todas esas manías paternales de bichos dedos pajas, aunque rechaces la oferta o tus uñas me sirvan de escarmiento. 
Tengo que aprender a olvidar el pasado que no pasé contigo tanto como olvidar lo aprendido y que me enseñes algo nuevo que no haya visto. 

Porque te prometo que esos ojos son una chistera de mago, y también te juro que me sacaría los míos por tu conejo pero que además te confieso que en la manga tengo una historia entera a tu lado, por si no tengo buena mano con tus besos de trilero. 

Cómo con el planeta tan grande fue a tropezar en mi cara un ángel, y sin venir a cuento le prendí en queroseno, para quemarle las alas y que no escape. 
Que sí, que vas a cocinar tus sentimientos a fuego lento con el mejor de los detalles y es que tu cuerpo sobre mi cuerpo parece y reaparece como si un siniestro de estos totales se tratase. Con la luz del final del túnel abochornándose, aunque siempre nos aplaude. 

Cuándo estrellarse contigo se hizo nube, o verte partir una tormenta en rayos, o discutir llorando una lluvia de cometas. Y es que voy a pensar en ti tan fuerte hasta pulverizar un poco de nostalgia por tu aroma, y tirar piedras a las puertas si el infierno se atreve a detenerme hasta desafiar sus moradores.

Pero contigo a duras penas contaré hasta tres para besarte, y más vale que te quedes quieta porque soy capaz de desenvainar otros veinte por cada uno que falle.

Te lo digo claro, princesa: no me iré de tu almena hasta que tus trenzas estén dispuestas a todo lo que sea para llevarme al baile, puesto que tu ombligo entre medias es lo único que tropieza en la balada que te dije.

Porque erupcionas pelusas de tinta y garabato, y no te preocupes por la historia de nuestra vida porque levantaré un quiosco sin tus vestiduras ya que serás la portada de mi biografía.

21 junio, 2016

lejanía y alquitrán

Yo,
que he vivido en una cima de tránsito
que he hecho el amor a quemarropa y soplé sus cenizas
que he desencolado la mesilla de noche día a día
donde fui acuñando chinchetas en notas de corte
como si pudiera dar valor a cada mañana,
que he castrado ángeles y con sus plumas me abrigué del frío

de ese frío con manoplas de seda,
que me paré a hacer diana en la basura con escupitajos
y luego tuve que limpiarlo con la manga.

Que probé venenos más allá de copas a media madrugada,
de esas que te presentan en la fiesta
y torturas pro-vida, alumbrando estrellas bajo el badajo
que se apagaban a cada firmamento que regalaba
para más tarde hacer de farolero nocturno
de balcón en alcoba en habitación en la puerta

y que pude llevarme todo el armamento
y también empezar una guerra de almohadas
o cagarme en la Luna, que mientras mira no se me levanta.
Básicamente le hice heridas a mi piel
por no protegerme de los sentimientos
y que el sol de Agosto escueza en el recuerdo
de los muertos sin sentido
de las brevas consentidas
de los charcos conocidos
de las borracheras con-sumidas
y el olor a mierda entre tiestos de balsamina

Pero ahora te digo que estás lejos
que susurrar en tu oído es puro arroyo de agua
y cuanto más bajito, más te acercas
y no veo la luz para aprovechar ese momento funambulista
entre tu cuello y mi aliento
caminando por palabras en tu cuerpo
que encallan por la marea de tu ombligo
que zarparon por el descosido de tus labios
que vomitaría por estribor otros ojos
que no sean los tuyos durmiéndose en los míos
o tu carita de planta carnívora devorará mis besos.

Que puede que te eche de menos,
pero te juro que nunca me he mirado el espejo del alma
cada vez que me anuncias la separación
de tus bienes y mis perjuicios, porque creo
que irte un poco más lejos no va a sucumbir a mis dedos

  en pleno acto de caricia
     o deseo.

Preferirás que te reciba con los besos abiertos
eyaculándote latidos encima
pero la cuestión es que voy a pegarme a ti
como un cigarro de esos que no te gustan un pelo,
y te voy a saborear sin dejar de dar caladas
hasta que se esfumen los sentidos
del alquitrán de nuestra vida
y yo,
pueda morir contigo en el cenicero.






16 junio, 2016

bordados de alambre de espino


Uno se pregunta dónde se encuentra el rumbo de tus pies cuando el hilo se corta. Y acabas hecho un puto laberinto, lleno de nada con lo que seguir. Dónde vamos, y por qué tejemos aquí de vez en cuando. 


Trastabillamos la historia, dejamos huellas con colillas como migas de pan para olfatear el rastro de un pasado al que no merece la pena ni volver, ni echar de menos. Un fracaso de necios, un suspiro de vagos, un consuelo de remordimientos. Una palma marcada a cada lado de los labios, un desierto de desamparados.

Ahora es la oportunidad del silencio para dejarle callado, y sin embargo sigue habiendo tazas manchadas de café en las lagunas del olvido. Y camas sin nombre con bordados de alambre de espino, aterido y aferrado a los huesos como cimentando el recuerdo.

Las brasas que divagan entre muertos, los lamentos presos y barrotes por doquier. Góndolas de destino, gondoleros sin sentido en ríos que nacieron del ayer. 


Porque nunca se ha visto un reloj con tanta hambre de arena entre sus latidos, queriendo morder algo más que las entrañas del placer.

Maullidos en tejados ajenos, y sigo tirando piedras hacia el mío a cuentas del aire.

El que mece el nido, no tiene por qué salvar a la luna del frío de la piel cuando miras el papel y sigue sin haber nadie.

Cualquier mito encerrado acorralado por volver a ser valiente desafío.

Y yo, a palabras del margen que garabatos vuelven a atormentarme. 
Será que no concluyen mis finales, 
    o que los dioses nunca estuvieron de mi parte.

19 mayo, 2016

a veces te quiero porque a veces lo siento

A veces me gustaría ir lejos, estar solo, vagar solo, reírme solo, y toda la demás compañía de la circunstancia.
A veces cambiaría los "peros" como ademán de problemas por un puñado de "porqués" de la infancia.
O fallar a mi alter ego a las damas, rasgar el telón de Aquiles de mi teatro y poner comedias en escenarios trágicos.
A veces una explosión de pesimientos que empapen mis mejillas no es la mejor idea, o no haya más remedio.
Y qué mierda de poema me sale de los extremos mágicos, y qué fuerza de poeta me arde de los capullos gástricos.
Esperando la metaporrosis de cada sentimiento.
No sé cómo explicarme, no sé como entenderte, no sé cómo es el mundo fuera de mi caja de sesos.
No sé ni cómo saberte un poco menos amargo en cada paladeo.
Que no tengo ni puta idea del ideal perfecto, y me cuesta ser un yo que ya lo vea todo claro al romper espejos.
Que me cuesta no a veces sino muchas más que veces
como peces boqueando por olvido
enhebrar tus años con mi tiempo, y lo cosido no es para nada un remiendo
sino hilos que se cruzan porque sí.
Voy sin coordinación a tus latidos creyendo que los míos son el Re doble que he de seguir,
y vivo tan ciego que no paro a saborear tus gemidos caídos en mi cuello.
A veces tengo que pedir perdón y no lo encuentro, pero sé que en cada beso que te debo te cobras la saliva de mis tropiezos. 

 A veces no me queda más que decirte te quiero...
    las veces que lo siento.




25 abril, 2016

muertonía

Vamos a condenar la rima.
Vamos a convertir al tiempo en secuelas del presente, a tachar alientos y silenciar almas.
Vamos donde vinimos a llevarnos lo que empezamos y hubimos sido con el paso del recuerdo. A salpicar la puta vista arriba y tapar las estrellas.
Vamos a coger por los huevos la valentía y que tire por delante nuestra
si acaso una pizca de esperanza. Sólo nos limitaremos a seguir el trazo.
Y total, eso es lo que hacemos.
Seguir, pero no trazamos.
Dejamos de tejer nuestros sueños y hacemos sastre, madeja y remiendo al clavo que nos aferramos,
hasta esparcir alcohol en las brasas.
Nos sentimos atraídos por el fuego del vicio, que somos capaces de flamear nuestras virtudes,
huyendo, hasta alzar un resquicio en esas cenizas.
O soplamos para contentarnos con un 
ya llegará” cuando el está viniendo nos atemoriza.
Pobres locos que buscan su teoría de cuerdos.
Porque somos lo que el viento deja, y las circunstancias que circuncidan.
Hasta perder algo más que el conocimiento y la voluntad, cimentando el suicidio colectivo y la libertad protegida.
Como si tuviésemos que desconfiar de nosotros mismos, y uno no pudiera morir con gusto.
Curiosidad quebrantada y suplida por advertencia, divina ciencia con carencia ilusionista.
Así que tan sólo nos queda el detrito
de los despojos
de la mierda de vida,
cuando deja de sernos vida.
Cada vez que miramos atrás la nostalgia nos lima los ojos, y las teclas de piano le ponen limonada a las heridas.
A pesar de todo seguimos como apositando por míseros efímeros y degradando al hacer de cirujano de nosotros mismos.
Por eso, vamos a mandar, a tomar por el culo primero, a comernos como el mundo, a creer en cielos cabidos en infiernos, a matar a Dios con las mismas manos que le rogamos.
A bebernos todo a palos, secos.
Pero vamos,
sin esperanza esperando que alguien nos eche. De menos.

01 abril, 2016

como flemas del fracaso

Hubo hasta un cuándo en el que se echó a perder el tiempo
y los guijarros de los sueños fragmentados en recuerdos
flotan ateridos en el vaso del olvido marchitado.
Y desde que nos bebe el viento a mares
seguimos el camino entre tanto espino
que apartamos y nos señalamos con el dedo
por si el peso de la balanza aplasta como un sino
inclinado hacia el cenicero de los vencidos.
El temor anochece y el hambre en las yemas
mojadas en picardía hasta que salgan las cuentas.
Por si algún día Dios se echa las manos a la cabeza
y le da por mirar abajo, el mundo hecho porquería;
por si algún día nos cambia la voz o escupimos
a la letrina de maternidad en pura rebeldía
muriendo entre rutina como quien traga veneno.
No nos hacen ni puto caso, para qué reivindicamos
puesto que desgastamos el meñique por condimento
más que por los bordes del plato con patatas fritas
y así tratamos a la vida luego.
Como flemas del fracaso.


06 marzo, 2016

con ojos de un pasado vendado

Nadie le enseñó a escribir,
a otear las circunstancias,
ni tan sólo a mirar al cielo
para implorar decencia
en la demencia de sus cuentos
de hoja caduca,
paciencia desgastada,
fango entre sus palabras
desatinadas en escritura.

Tenemos el don de la poesía y de pedir tiempo muerto
pero ni el diablo desea en sus aposentos
todo aquél mar de dudas.

Modestias aparte,
porque
ha alcanzado la mirada a pies de gigantes
se ha apretado los dientes y sentido grande
y las consecuencias le hicieron más fuerte.
Aúna el vértigo a no estar a la altura
con el destino y la suerte
que le aguarde.

Rimbombante brillantez en las faenas
que, con el mundo por montera,
le cornearon por la espalda.
Aunque no se aprende a esquivar algo
que no ves venir
habiéndote cortado el rabo
y las ojeras,
por si acaso.

Porque en la quema de rastrojos
ni la dignidad que hastía despojos
salvaría del fuego en su condena,
verdugo del alguacil,
ulula entre fantasmas
como sordo con trémolos
de incertidumbre y confianza
por vida lúgubre añil.

Nadie le enseñó a nada,
sin embargo, sigue pensando
y descifrando historias de beso libre
y liberando versos mudos
y amarrando el yugo cortado
por la soga de la vida
que le sustenta y tira por doquier,
y con ojos de un pasado vendados
le pregunto
al niño aquél,
cruzando los dedos de las manos:
cuándo dejé de querer cambiar el mundo...?

22 febrero, 2016

hoy no

Hoy no me apetece escribir poesía, de esa aburrida con sus rimas y taras.

Hoy no me sale de la piel ser el tono colorado con el que me dejaste tirado,
sino labios morados como prueba de besarme tan fuerte hasta dejar marca.

Hoy no me vengas con remordimientos que ya me mordiste demasiado
y no esta el horno para coños.

Hoy no me vas a ver llorar porque te daré la espalda
y mudaré el rabo entre las patas para poner mis lágrimas en polvorosa.

Hoy no me quiero medicar a base de bolígrafo ni consolarme con sus gemidos,
ni tan siquiera caer en el intento con profiláctico de "te quieros".
Así que tengo que coser una bragueta nueva para la incontinencia vascular.

Porque doy positivo en tu veneno de entre todo el púbico que me observa intrigado.

Creo que voy a metamorfosear mi efecto-mariposa, a pesar que lleve en los genes este corazón-oruga a cuestas con recuerdos.

Hoy no me acordé de urdir una investidura, y ahora me he visto desnudo en aquella ligadura.
Del piercing de tu ombligo.
Del llavero de tus ojos.
De la hebilla de tus caderas.
De los loopings del cabello.
Del efecto bumerán de tus costillas.
Del cuero rasgado de tus piernas.
De tu faro de Alejandría con forma de luna llena en la espalda.
Tus manos de jarra de cerveza.
Y la palabra melancolía tatuada en medio de las tetas y cervicales.
De todo ello,
más allá de mitos en bocas de amantes que pierden la fe en eternidades
con el tiempo.

La mala noticia es que sólo hace falta cargar el alma para herir la carne,
y lo eterno besa la lona.

Hoy no me quiero ir de la lengua y que se corran en la cara todos mis versos.

Hoy no me voy a contener por si algún destino despluma mis alas
o si la congoja de perderte crece
o envejecen los deseos mancebos
o el olvido nos echa de menos en memoria de los caídos.

Hoy no me quiero ni mirar al espejo por si deja de reflejarme,
porque de tanto mirarte he convertido tu cuerpo en mismísimo reflejo de deidades.

Tampoco quiero que tus calcetines vuelvan a pisarme si no es para hacer de esos centrifugados un electro tan doméstico capaz de reanimar un clímax.
En medio del desastre entre caricias y sudores.

Hoy no me apetecía
más que pensar en ti,
así que volví
a hacer poesía.

08 febrero, 2016

arde, mar de dudas

Llevo la inspiración a todos lados
llevo siempre mis despojos de este arte
llevo tu lengua salivando mi pecho

llevo postrero el corazón retrasado
llevo volantes de tu falda en pleno baile
llevo susurrados tus besos en barbecho

llevo en los nudillos un pasado
llevo presente volverme un cobarde
y llevo descolgando los Inviernos
que me cuelgan por la sangre.

Llevo años para cruzar desiertos
llevo y me llevas surfeando sus dunas
llevo llevadero tus parajes verticales

llevo el vendaje que lame tus lamentos
llevo sonrisa de hiena en la hendidura
llevo dibujos de tus líneas inguinales

llevo disfraces que disfracen tus tormentos
llevo queroseno en cada gota de locura
y llevo cerillas para ver cómo arde
todo este puñetero mar de dudas.

12 enero, 2016

me apetecía

Los días,
buenos contigo;
los buenos días como los de ahora. No tengo razones para lapidar tu móvil con el manuscrito de mis melancolías,
ni un por qué me embriago a ratos con tus fotos,
como si te hubieras ido a otro planeta.
O qué sé yo, simples tonterías y paranoia imaginativa.
Y a pesar de kilómetros el uno del otro como imanes del mismo polo,
te ofrezco grapadora para colgar la lista de
cada sonrisa que como eyaculada me dedicas y no avisas
cada exilio entre tus piernas
cada rizo de tu melena
cada soldadito de la muerte hecho cenizas de impotencia
cada uno y todos tus gemidos guardados en una caja de música
(y siempre ando dándole cuerda)
cada... cada vez que tu ventana se asoma antes que yo a dormir contigo,
y mira que le dije veces que no me suplantara.
Que ese ombligo es mío, aguarda.
Hay que decir la verdad aunque duela, apretarla entre los dientes, hasta que sus huesos se deshagan. Mi verdad eres tú.
Eres el Omega de mis sueños, y el Alfa de mi camino.
Eres bien un zapatito de bailarina, una celda de sudor y puñeteros arcoiris, bien un oasis en el desierto de los desamparados. La bomba, en mundos apocalípticos.
Llevo nosecuantas manías escritas y no consigo razonar qué motivo me hace escribirte.
Quizás las razones no estén escritas,
y tú seas el único motivo, la última excusa, para escudarme del frío.
Para,
sin venir a cuento,
contarte mi corazón en un fragmento.
Me apetecía.

PD: gracias por ser la única sin miedo a desempolvar los recuerdos.

09 enero, 2016

mutamos las plumas

Porque entre tú y yo el tiempo
se nos escapa volando.
Humildes pasajeros del
tren de enamorados.
Rebelde agonía qué, sin
consuelo ni ambiciones,
me-ar-de noche y día en
nuestros corazones.

Siempre qué dará
el olvido por canciones
que no se oyen bien:
invidente aquél
que tus gemidos y olores
no los comprende...
no los compren de burdel.

Eres
amor y porro en la mamada,
casualidad desmesurada
descomunal en palacios
de mis pálpitos marchitos.
Enchico por tu mirada
de desafío penetrante,
como en fábulas delirio.
Me encierro en el alma y hasta
los barrotes de tu jaula
me llaman cobarde.

Porque entre tú y yo los cielos
ya no lo surcan sólo aves.
Fervientes faroleros de
estrellas fugaces.
Te juro vida mía que, sin
siquiera con oír tu nombre,
solo de ti fumaría a
sabiendas de otras flores.

Me siento como
un tonto por perderme
por tu piel,
y siento que
sea tan iluso a veces
por querérmela aprender...
a prendérmela muy bien.
Yo, que fui de letras,
vencido por divisiones,
no tuve el coraje
de ponerle dos cojones
a la hebilla de intenciones.
Baja la bragueta
de las soledades poetas,
porque nunca será tarde
pa' convertir en ladrones
a niños perdidos entre
nuncajamases prohibidos
contra las razones
de princesas sin castillos
custodiadas por dragones;
que su príncipe les salve.

28 diciembre, 2015

palmeros del deseo

Somos
un prospecto de circunstancias,
un final, sin acabar eso
de incendiar la nostalgia
por tus mejillas,
derramar el vicio en el edredón,
cambiar de juego en un chasquido
de dedos,
balas perdidas.

El recreo nos reclama pilla-pillas
aunque demos escondite a oscuras.
Luces de neón en el corazón
que iluminan nuestras lenguas vendadas.
Y la poesía del vagón de vuelta
y una cara de pena despedida,
desmedida.

Descanso mi sonrisa con tu reposo
en el escorzo de mi cuerpo.
Reseñas el índice de mi espalda
como un libro escrito a base de zarpas.
Animales en celo y celos
del cielo que te vive
más cerca cada día;
tú sin querer aprender a volar,
yo otorgando alas de segunda mano
a tus fonemas.

Te traigo veintiún poemas
de amor y una canción sosegada
que a partir de hoy tarareas,
el baile nupcial de tus deseos.

Descuelgas mi estantería de trofeos
cuando compites con ellos
por lo que un día buscabas.
Por eso, tus calcetines nos acompañan
a la purga. Nos observan
haciendo del baño un rincón
donde ahogar las despedidas.

Te contemplo toda hecha de ti misma
y eso mismo hace que me vierta
al pecado, haciendo de un habitáculo
como es tu habitación
una razón para sonreír
sin tenerte a mi lado.

Acompasamos los desgastes del pulmón
a nuestra arritmia,
a los bastonazos, que como ciegos
nos abrimos paso entre la ropa.
Tartamudos de voluntad
o palmeros del deseo, turbado,
preguntando el fin de ese trayecto,
directo —contestas— al grano.

Sin embargo,
ni siquiera tu hermano se percata
del crimen imperfecto,
de quien con desaciertos
dio en el clavo de tus sentimientos.

limo entre flores

Puesto que tu sonrisa
media lunas, aullados recuerdos
viene conmigo a todo olvido.
Mi libro de historias que riman
como un beso con otro verso
un pareado para emparejados
sátiras recitadas con ironía
sollozos melancólicos sofocados
en sartas de tonterías desatado
la furia de mi hipotálamo
por una faltriquera
con veinte monedas sucumbido.
Caricias en cautividad
noches en vena a dos velas
echada una mano a la soledad
a falta de latidos sin condena
poesía carente de sentido
espina que clavar quisiera
y sin castidad aguardo
el placer blandido.
Que nunca un caballero
inunde de recuerdos
(fatigado hatajo de cerdos)
un triste picadero.
Limo entre flores
recóndito silbido
de conciencia eclipsada
por la pólvora del calentón
dejar las huellas en el cielo
y evacuar del corazón
cualquier rastro de su cuerpo.
Todavía a fuego su nombre
en cenizas mis principios
en ebullición la sangre.

01 diciembre, 2015

cuando te vi

y me viste, por primera vez,
sonreírte por arte de birlibirloque.
Tradujiste poemas que trajiste
al son de tus caderas,
un bilingüismo más allá
de nuestras lenguas zotes.
Una realidad por encima
de los sueños derramados
en almohadas ajenas.

Y te vi,
y supe desde el primer día
que todos tus peluches
me otorgarían competencia,
y todas las noches
cuyos aciagos silencios robaría
a escondidas, siendo yo
lo más parecido a un siniestro
en tus vigilias..
Hasta quedarte roque.

Y miré
a la soledad profundamente sólo
por dejar de guiñarme el ojo.
Porque, para colofón de sensaciones,
juro que acallas aromas
que con suaves manos
tornasolan melodías
desde mi corazón a tus labios.

Que melodias sístoles a ritmo
titubeante y concatenado;
sin diástoles que eviten
el reventón de neumático
para amores en la cuneta.
Una vorágine de fuegos artificiales.
Perfección que se queda corta
por naturaleza.

Te vi, y cuando te vi
no tuve cojones a decirte nada.
Tú tan inocencia pueril
y yo tan orgullo marchito,
tú tan feliz y yo tan maldito,
tú... que pusiste en espera
al contestador
de baladas de trompeta;
tengo la llamada perdida
desde que me quedé sin palabras.

Y puesto, qué;
estuve esperando unas doscientas
madrugadas los buenos días
y tener la excusa perfecta
para llevarte el desayuno a la cama.
Cuando lo conseguía,
conté hasta diez y desperté.

Qué te parece si a Madrid
le quemamos los meses del año
en praxis de un vis a vis.

Voy
a llevarme tus inviernos
a entrar en erupción
con el magma sudoroso,
a poner en calma un maremoto
y devolver el oleaje a tu piel.

Voy
a perder por tu ombligo la locura
a tallarme un mapa con tus dudas
por cautela a descuidar la razón,
a soltar besos a tus antojos
para después rendirme a tus pies.

Voy
sin miedo a querer.



A I.R.                  

17 noviembre, 2015

soy

Soy vida de otros 
soy poeta ilusionado
soy orquesta de grillos
soy, enterrado, oro en barro
soy gusano entre despojos
soy lo más parecido a un niño.

Soy campana sin latidos
soy cruz sin alma
soy religión sin escritura
soy difusión sin palabras
soy caminante sin sentido
soy quien aprendió a mano dura.

Soy matasano sin cordura
soy Adán, manzana y piedad
soy purgatorio deshabitado
soy pasión creyente en la gravedad
soy templo y catacumba
y soy, por ejemplo, ser humano.

30 septiembre, 2015

otra noche de esas noches

Y otra noche de esas noches 
en las que la oscuridad te envuelve, 
te atrapa. 
Te seduce insinuando 
que te pierdas con la soledad. 
Te atenúa los párpados 
y te deja llevar 
entre todos sus rincones. 
Guiándola por un plano bidimensional 
en los bolsillos 
ciñéndote a una ida sin retorno.
Con un adelante o atrás
buscando un dónde.
Al cabo de cierto rato 
te encuentras perdido, 
con una cara de póquer 
que únicamente sugiere 
planear una salida. 
Sin ánimo de razones.
Noche que lo absurdo 
te parece divertido 
mientras que pones alto 
el listón de chistes malos.
Todo te resulta entre irónico 
y fatídico.
Y noches porque el día se echa encima colgándose en tu espalda.
O tu hígado.
Porque no quisiste volver 
mientras reconocieran 
a simple vista tus imperfecciones.
Porque las tiendas cierren a tu paso
intimidando tu cobardía 
junto a la reyerta de sentimientos 
en los rincones de tu cerebro.
Recuerda, con ironía.
Porque preguntar un por qué tiene 
menos sentido que tu destino;
porque acecha el alba
y el ocaso os responde
puñetazos en la conciencia.
Porque guarda epitafios
de tus memorias en cajas medidas
y una esquela con tu nombre.
Porque un sobrenombre
a estas alturas de la noche
te envuelve en agonía
porque 
te recuerda a aquella noche
de otras noches.

19 septiembre, 2015

justos y retuerzos

Cómo cojones llegamos a poner en duda un "estoy seguro". 
Ha desaparecido la confianza que, 
como largos tragos de cerveza,
nos supo amarga su forja. Nos la hemos bebido, 
y haciéndonos los borrachos
en cada esquina pintamos garabatos como castillos.
En el aire.
Sin una muñeca con rumbo y con un calderón sin salida.
Nos cosimos a balazos todas las heridas
disparando pistoletazos a más de cien salidas y elegimos 
un centenar, cauterizando con saliva para dejar cicatrices.  
Nos tragamos nuestras propias mentiras 
hacia un camino que nos condujo solamente a la desdicha, 
a un acantilado escalerizado. 
Porque tirarnos desde arriba y sin arnés no nos convencía.
Sufrimos de impotencia fatigosa con cada paso hacia arriba,
creímos en Dios de entre todos sus milagros.
Pero ninguno, a ninguno nos salvó de la vida. 
Contemplamos océanos turbios, 
maremotos enfurecidos con celos y soberbia,
y algún que otro pecado.
Acecharon las tinieblas en nuestro cuarto el quinto día 
que nos revolcamos en el fango, y como cerdos 
disfrutamos de la pocilga que luego nos hizo 
llevarnos a la cabeza sendas manos sudorosas.
Ahora echamos la vista atrás para no darnos de bruces
contra el péndulo que acompasa los recuerdos;
nos persuade, nos baila, nos seduce.
Aconseja no perder las ganas y ganar algo 
del tiempo perdido.
Y sin embargo anhelado, 
afianzamos el corazón por redimir delitos.
Delitos que, a día de hoy,
nos han varado 
embargados hasta la "conorilla"
del olvido.

14 septiembre, 2015

13 de Serpiente de 2015

Hoy quisiera darte todo ese cariño 
que como migas de pan fuimos dejando por el camino. 
Pero no me sale.
Hoy para mí es un día tan especial como todos los demás, 
por todos aquellos momentos que, 
evitando, 
convertimos en tragos amargos de vino tinto. 
En vano, 
y demasiado tarde.
Hoy, 
hoy crujen las chispas por los cables cortados de mi mente, 
y como cualquier púgil entre cuerdas 
nos lanzamos ganchos al ombligo. 
Hasta saborear nuestra propia sangre.
Y sin embargo nos querremos, 
de un momento a otro. 
Soltando sartas de verdades y mintiendo, 
para colmo. 
Porque es un frenesí de palabras tan arduo que calcina mi boca cuando me enciendo, 
lanza puñales poniéndote a prueba. 
Pero dando siempre en el blanco.

Lo siento, 

   mi reina.

08 septiembre, 2015

tantos y tantos presentes que nos hablan de pasada

Que mírame, en lo que os he convertido. 
Con tanto cacareo y sin pavoneos, 
ninguna cresta. 
Aclamando susurros después de muchos gritos y pico, 
al menos. 
Con nuestras pieles de gallina 
se nos veía el plumero 
y aquellas patas de gallo 
que nos carcomen al mediodía. 
A la vez de haber firmado por todos 
los barrios que pateábamos a diario, 
como piedras en el camino. 
Que qué bonito es el humo 
cuando hablo zalamerías 
de su bailoteo de caderas que, 
de veras,
dudo que no sea pecado
con toda esa ironía.
Pues eso de que las estrellas
salen cuando todo está oscuro
es un cuento tan antiguo como cierto,
ya que no encontrarás el cielo
menos encapotado hasta que ella vista de seda.

30 agosto, 2015

por todos nuestros insomnios

No nos recomiendo morar entre sombras, 
puesto que no le agradan las nuevas caras, 
los novatos. 
Tampoco nos advierto de la vida porque no sé nada, 
desde el décimo tercer fascículo me he cansado 
de apagar y pagar 
recibos de deudas ajenas, si no os falla la memoria. 
No entendéis el sabor de la victoria hasta que iniciáis 
una guerra con la manta, y más con los pinreles pálidos.
Ni siquiera paramos el minutero por sucedáneos del ocio, 
o los placeres de una cerveza amadrileñada. 
Rebosante de espuma de bar y rayos de sol gaseado. 
Y la sombrilla.
Daríamos por terminadas más de cien tardes brindando entre trofeos. 
Y por si las moscas, 
tachando un día menos, para saber cuándo tuviste la victoria, 
sí, 
entre tus manos. No entre tu historia.
Desde que no zarpan los besos en la orilla de nuestros labios 
nos volvimos huraños, tacaños y viejos. Y bastante estrafalarios por cierto. 
Para nuestro colmo nos obligamos como dummies 
a cargar bromas como peñascos 
y descargarlos inocentemente en inocentes.
Que después con excusas baratas, y una puta noria. 
La pescadilla que se asfixia con la cola.
También rezamos, 
y lo hicimos bien. Demasiado al fin y al cabo.
Recitamos tantras excomulgando nuestros pasados, 
escondiendo nuestros pecados. 
Por miedo a que se vean avergonzados de nosotros mismos. 
Esas rutinas no van conmigo, rifároslas vosotros.
Ni sabemos por diablos, 
ni llegamos más rápido a viejo que nuestra vanidad. 
Nada más que seres decrépitos de turbias lagunas artificiales. 
Por lo mismo, 
por si las moscas.
El silencio nos ronda, 
nos llama a la puerta como mejor sabe. 
Sin embargo perdimos la atención a todo quien nos rodea; 
la intención, la comunicación y la propia conciencia... 
además ganamos ilusión con la Luna pidiéndonos deseos.
Y a nuestro pesar, 
nos gusta dar las buenas noches. 
Sobre todos los que nos robaron 
la sonrisa y sus hoyuelos, el corazón 
y el sueño.

27 agosto, 2015

never give up

No te asustes si en estos días
te giras y no me encuentras,
tan sólo deja las puertas abiertas.

La vanidad dura un momento,
el amor... toda la vida.

Si en algún momento o todavía 
sigues hallándote perdida, 
no tienes más que mirar alrededor
aun circundante de tinieblas.

No siempre se mira al cielo
con la esperanza de ver estrellas...

Sin embargo, sus luces
siempre nos guían.






"aclaraciones a una madre"

26 agosto, 2015

naranjos, en lugar de olvidos

Si supieras la de universos
que guardo tras mis ojos reflejando tu silueta
jamás volverías a mirar al cielo
para ver estrellas.
Y mil y un besos encendidos en mis labios,
a punto de querer morderte.
O algo así;
nunca llego a dártelos.
Con el juicio perdido
y tu sonrisa victoriosa,
regocijándose de los imperfectos,
de mis derrotas.
De tu cepillo de dientes por mi nicotina;
sobre ésta mis ganas de fumarme el mundo contigo,
y tú
de hacer un alto en el camino.
Y decir amén.







"Naranjos, en lugar de olvidos"




08 agosto, 2015

y soledad, que acojona más

Como ovejas hambrientas después de una redada de lobos
desparrama la luna de noche llena,
llena de gritos tras las esquinas
y tuberías que hace tiempo 
renunciaron oxidadas al agua.

  Y sin embargo,
    gotean.

Noches de frío, tormenta y maestras del terror. Noches que...

  Y sin embargo,
    desperté.

 Nadie a mi alrededor.